Como una gran sombra, más negra que la noche, me deslizaba ladera arriba. Nunca visto un oso tan pesado, como ágil.
-Los maldigo trasgos inmundos.- pensaba mientras penetraba en la montaña -Cuando ponga mis garras en alguno ya confirmaré mis sospechas.-
Conozco perfectamente todos los antiguos túneles y lagos subterráneos, sin embargo todos los abiertos por los trasgos me resultan extraños. Si tan sólo pudiera encontrar a algún habitante de la montaña que odiase tanto como yo a los trasgos, éste sin duda me conduciría a alguna cámara donde pueda agarrar a alguno lo suficientemente importante como para saber sobre el tráfico de ganado con Bree..