Llega el miércoles. Ya amaneció. Veo a los hobbits bajar por una colina, llenos de bolsos con provisiones.
-Tarde.
-Lo siento, me quedé dormido.
-No importa. Acá está su transporte. Métanse.
Les señalé dos barriles forrados por dentro con paja. Se metieron con cara de pocos amigos.
-Y recuerden: no se metan en líos, que nadie los vea. Sean como fantasmas.
-Y vos qué vas a hacer mientras estemos en Isengard?
-Voy a estar en el norte, atendiendo unos asuntos pendientes. Pero eso no les incumbe.de todos modos, los voy a acompañar hasta el caminbo verde. Desde ahí van a seguir el camino del Norte-sur.
Ahora miré al dueño de la carreta.
-Acordate de bajarlos en las cercanías de Isengard, no más cerca, y de mostrarles la entrada. Si me traicionás, te voy a llevar a los calabozos de Angband por el resto de tus días.
Ahora miré a los hobbits.
-Van a volver dentro de dos semanas, del mismo modo que fueron. Recuerden fijarse todo lo que hace o dice Saruman, y sean muy cuidadosos.
Empezamos a andar, yo montado en mi caballo comprado y ellos en la carreta. Cuando llegamos al camino verde, nos separamos finalmente.
Off: voy a desaparecer por un tiempo, aunque voy a seguir entrando. Quiero que sigan la historia, y que tal vez, si el quiere, se encuentren con Aragorn. Voy a volver cuando ustedes estén en Isengard, y los voy a sacar.